A finales de 2022, con la llegada masiva de miles de migrantes a la ciudad de Nueva York, las autoridades locales se vieron obligadas a encontrar rápidamente alojamiento para ellos. Muchos hoteles, aún recuperándose del descenso del turismo provocado por la pandemia, aceptaron albergar a los migrantes, cerrando sus puertas a los turistas y estableciendo lucrativos contratos multimillonarios con la ciudad. Este inesperado salvavidas humanitario para la industria hotelera neoyorquina convirtió a los hoteles en un refugio seguro para decenas de miles de solicitantes de asilo.
El precio promedio diario de una estancia en un hotel de Nueva York aumentó a $301.61 en 2023, un 8.5% más que los $277.92 de 2022, según CoStar, un proveedor líder de datos y análisis inmobiliarios comerciales. Durante los primeros tres meses de 2024, cuando tradicionalmente los precios bajan, la tarifa promedio por noche fue un 6.7% más alta que durante el mismo período del año anterior: $230.79 frente a los $216.38 de 2023.
El uso de hoteles de la ciudad para albergar migrantes ha representado la pérdida de 16,532 habitaciones de hotel, dejando 121,677 habitaciones disponibles para los viajeros, según reportó el New York Times con datos recopilados por CoStar. Esto representa 2,812 habitaciones menos que en el período justo antes de la pandemia, una escasez que se siente de manera aguda.
Actualmente, unos 65,000 migrantes están siendo alojados en hoteles, dormitorios temporales y otros refugios, en gran parte debido a la obligación legal de la ciudad de proporcionar una cama a cualquier persona que la necesite. La ciudad proyecta gastar $10 mil millones en tres años fiscales en la crisis migratoria.
Otros factores, incluidos algunos impulsados por políticas apoyadas por el alcalde Eric Adams y su predecesor, Bill de Blasio, también han contribuido al aumento de las tarifas de las habitaciones.
En septiembre, las autoridades municipales comenzaron a hacer cumplir una nueva ley destinada a frenar la proliferación de alquileres a corto plazo, como los listados en Airbnb, que solían representar más del 10% de todos los alojamientos turísticos en la ciudad. La represión eliminó la mayoría de los listados de Airbnb a corto plazo, un fenómeno que, según algunos observadores, podría haber tenido un impacto aún mayor en las tarifas de los hoteles que la crisis migratoria.
El número de listados de Airbnb en Nueva York para estancias cortas —de menos de 30 días— se desplomó un 83% a solo 3,705 apartamentos en marzo de 2024, desde los 22,247 listados en agosto de 2023, el mes anterior a la entrada en vigor de la ley, según AirDNA, una empresa no afiliada que recopila datos de listados de alquiler a corto plazo. La mayoría de los listados de Airbnb restantes en la ciudad, alrededor del 90%, solo están disponibles para estancias de más de 30 días.
La ley, conocida como Ley Local 18, fue respaldada agresivamente por la industria hotelera y el sindicato de trabajadores hoteleros, ambos partidarios del alcalde Adams.
Factores clave:
- Inmigración descontrolada: La llegada masiva de migrantes ha llevado a la ciudad a utilizar habitaciones de hotel como refugios temporales, reduciendo la disponibilidad para turistas.
- Derecho al refugio: La obligación legal de proporcionar alojamiento a quien lo necesite ha impuesto una carga significativa sobre los recursos de la ciudad.
- Regulaciones de Airbnb: La nueva legislación ha reducido drásticamente la cantidad de alquileres a corto plazo disponibles, desplazando la demanda hacia los hoteles y elevando los precios.
Impacto financiero:
El costo de la crisis migratoria para la ciudad se estima en $10 mil millones, una carga que recaerá en los contribuyentes. Esta situación ha generado críticas sobre la gestión de recursos y las políticas adoptadas, que algunos consideran favorecen a ciertos grupos políticos a expensas del público general.